Una vez escuché que Kaláshnikov, el rifle de combate fabricado por la ex Unión Soviética era el rifle más preciado por los combatientes de todo el mundo. Y no porqué fuera el más preciso o efectivo, sino porque era el más robusto y funcional. Jamás se encasquillaba y trabajaba de lujo en todos los escenarios posibles: barro, humedad, calor infernal, desiertos, nieves del Himalaya… Eso mismo podríamos decir de la Silla Malta, una básica, una todoterreno que siempre cumple en todos los escenarios posibles.

Si Malta pudiese hablar nos explicaría historias increíbles de largas noches de estudiantes que aprobaron sus oposiciones sentados en ella, de administrativas y comerciales en pijama disfrutando del teletrabajo en casa, con un café humeante encima de la mesa, mirando por la ventana y saboreando las palabras de elogio de sus jefes por haber aumentado la productividad. O de oficinas donde reina el buen rollo, porqué con sólo verla, Malta ya genera buen rollo: es bonita y da una sentada placentera.

Hemos dicho básica, y es verdad, Malta es la primera de nuestras sillas ergonómicas pero lo tiene todo. Una base robusta de aluminio pulido, para sostener con eficacia personas desde 40 hasta 120 quilos. Un respaldo anclado con dos lengüetas de aluminio que le dan estabilidad y agarre a la espalda, para mantenerla en la buena postura. Un respaldo en malla transpirable efecto tela para disipar el calor y dar frescura. Un asiento tapizado en tela nido de abeja, más mullido, más transpirable y suave. O sus brazos regulables en altura y giro para adaptarse al peso y posición de tu antebrazo.

Todo, Malta tiene todo lo que se requiere en una silla para trabajar, tanto es así que dispone del certificado UNE EN 1335 requerido por riesgos laborales. La norma que establece los mínimos para salvaguardar la salud de los trabajadores y evitar dolores de espalda.

Una vez escuchamos a Dan Brown decir que escribió su primera novela en el sótano de la casa de sus padres, en un rincón diminuto entre la secadora y el fregadero, amenizado con el run-run de la lavadora, sin calefacción y con el aire bañado en olor a suavizante. Pues nosotros nos lo imaginamos sentado en una Malta. Porque para nosotros Malta es la silla de los soñadores, de los que empiezan y van a por todas. Del joven que trabaja en una gestoría y por las noches inventa un nuevo Instagram con sus amigos. De la embarazada que se deja abrazar horas y horas por la cálida sentada de Malta y sueña cómo será su bebé, de la StartUp que hoy nadie conoce y que luego será la nueva Glovo, Whatsapp o Uber. De las empresas que luchan por ser la líderes en sus sectores.

Es la primera de nuestras sillas para teletrabajar en casa o en la oficina. Antes la hemos llamado básica, pero en realidad es pura Esencia. Por eso se vende tanto, porque con ella nadie compra dos veces, Malta da el callo, es robusta, funcional, bonita y cuida de la espalda de las personas.